miércoles, 12 de junio de 2013

Jorge de Montemayor

Jorge de Montemayor 

 


  • La Diana de Jorge de Montemayor:



-Se trata de una obra publicada en 1559 que inaugura en España el género llamado ‘’novela pastoril’’.
Utilizando tópicos y motivos de la tradición bucólica (deudora de Teócrito y de Virgilio) y con fuertes influencias de la Arcadia del autor italiano J.  Sannazaro, así como de las Églogas de Garcilaso de la Vega,  Montemayor crea esta historia de amores en un ambiente pastoril que conjuga narración en prosa e intermedios líricos.


Fue un género especialmente relevante en la España del Siglo de Oro y tiene influencia manifiesta en el Quijote.


Tuvo un enorme éxito, se tradujo a varios idiomas y formó un modelo del género en toda Europa. El argumento, desarrollado en prosa y verso, relata los amores de Diana, Sireno y Silvano, cuyos problemas se resuelven gracias a la maga Felicia y su agua milagrosa. La morosidad de la acción se debe a los numerosos poemas intercalados y a la inclusión de variadas disquisiciones, como un pequeño tratado amoroso en prosa y un elogio de la belleza de las damas portuguesas, castellanas y valencianas. Si el idealismo neoplatónico renacentista es la referencia inmediata en el tratamiento de la naturaleza y los personajes, desde el punto de vista del estilo emplea una prosa musical y rítmica, de gran eficacia. El acierto psicológico con que están plasmados algunos caracteres, junto con las espléndidas descripciones de paisajes y palacios, son algunos de los principales valores de esta obra, que fue continuada por G. Gil Polo en su Diana enamorada en 1564.


Fragmento:


Pues llegando el pastor a los verdes y deleitosos prados, que el caudaloso río Ezla, con sus aguas va regando, le vino a la memoria el gran contentamiento de que en algún tiempo allí gozado había, siendo tan señor de su libertad, como entonces sujeto a quien sin causa lo tenía sepultado en las tinieblas de su olvido. Consideraba aquel dichoso tiempo que por aquellos prados y hermosa ribera apacentaba su ganado, poniendo los ojos en solo el interés que de traerle bien apacentado se le seguía; y las horas que le sobraban gastaba el pastor en solo gozar del suave olor de las doradas flores, al tiempo que la primavera, con las alegres nuevas del verano, se esparce por el universo, tomando a veces su rabel, que muy pulido en un zurrón siempre traía; otras veces una zampoña, al son de la cual componía los dulces versos con que de las pastoras de toda aquella comarca era loado. No se metía el pastor en la consideración de los malos o buenos sucesos de la fortuna, ni en la mudanza y variación de los tiempos, no le pasaba por el pensamiento la diligencia y codicias del ambicioso cortesano, ni la confianza y presunción de la dama celebrada por solo el voto y parecer de sus apasionados; tampoco le daba pena la hinchazón y descuido del orgulloso privado: en el campo se crió, en el campo apacentaba su ganado, y así no salían del campo sus pensamientos, hasta que el crudo amor tomó aquella posesión de su libertad, que él suele tomar de los que más libres se imaginan.



  • Comentario:
-Me parece que el texto muy interesante, aunque hay partes en las que se enrolla mucho y aburre, es un poco difícil de entender a la primera, tiene  muchos epítetos.
Una de las cosas que es importante es que los pastores eran gente culta, y normalmente no son así los pastores, suelen ser incultos y  poco educados.







  • Bibliografía:


http://www.lecturalia.com/libro/65114/los-siete-libros-de-la-diana

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